El joven artista Rorro Berjano plasma su fascinación por el universo popular caribeño a través de grandes piezas en madera, chapa y fotografías manchadas.

Se trata de un trabajo pictórico que surge de la maduración de las investigaciones realizadas por el artista durante sus tres recientes viajes a la isla de Cuba. El primero de ellos, realizado en 2004, ya se plasmó en la exposición La casa de olofi, en Sevilla, y se centraba en el análisis de las pervivencias y reminiscencias de los cultos afroamericanos.

En esta ocasión, Berjano presenta una selección de su obra más reciente, que muestra, mediante pinturas de gran formato y series de dibujos, su fascinación por el universo de las gentes del Caribe, a través de los elementos que conforman su iconografía popular. La obra de este artista explora fórmulas propias de la pintura del graffiti y busca el equilibrio entre elementos contrapuestos, como lo plástico y lo conceptual, o lo matérico y lo espiritual.

No extraña, por tanto, su atracción por el mestizaje y el reciclaje cultural, tan presentes en la isla de Cuba, donde se entremezcla lo naif, lo kitsch, lo afro y lo cristiano en piezas realizadas con chapas metálicas, maderas recicladas y fotografías manchadas con pintura.